Epistemología del Periodista Digital

INTRODUCCIÓN (header)

Cada vez más el entramado social va convirtiéndose en algo interdependiente y complejo y en cierto sentido un mar abierto donde la sorpresa y la incertidumbre se vuelven más recurrentes en el habitus de vida.

Es en este contexto en el que se conjuga una sociedad -de personas- en red marcada por la aparente eclosión de comunicación e información, formas que en gran medida están transformando la visión del mundo.

Aquí, ahora y después es donde se plantean múltiples desafíos para quienes, los periodistas (digitales o no digitales), son los encargados de traducir un concierto cultural globalizado, caótico y complejo.

En efecto, la perspectiva de esta reflexión está determinada por el horizonte de cultura del periodismo y la globalización, entendida como un proceso mucho más complejo y que va más allá del libre flujo de capitales o la eclosión de Internet, esta nueva forma de comunicación de todos a todos en tiempo real y sin fronteras.

Esta nueva suerte de revolución social, política y económica se da con más fuerza luego de la Guerra Fría y “caída del muro de Berlín”. La antigua y discutida cultura y sociedad de masas pasó de pronto a ser entendida como la nueva “Sociedad de Redes”, cuya plataforma de interacción es Internet, basada en las tecnologías de comunicación e información.

Si en el paradigma de la modernidad la racionalidad pura estaba definida por la ciencia y el conocimiento, en el actual proceso histórico -el postmodernismo- la lógica de reproducción sería la técnica, que a la vez se sirve de ideología, pragmática y soporte de información masiva.

Frente a este relato, los periodistas y reporteros web son los responsables de llevar a cabo una labor alejada de la mera simplificación de la realidad, llevándola a traducciones más complejas basadas en el sentido y en el significado. Aspecto que revisaremos más adelante.

Citando a Walter Benjamín, filósofo de la primera generación de la Escuela de Frankfurt, “dentro de grandes espacios históricos de tiempo se modifican, junto con toda la existencia de las colectividades, el modo y manera de su percepción sensorial”[1].

En su reflexión dialéctica Benjamín sostiene que antes, para la mayoría de los hombres, las cosas, y no sólo las de arte, por cercanas que estuvieran estaban siempre lejos, porque un modo de relación social les hacía sentirlas lejos. Ahora, las masas, con ayuda de las técnicas (el PC), hasta las cosas más lejanas y más sagradas las sienten cerca.

Evolución mediática y nuevas audiencias (body)

Primero fue la prensa escrita, luego la radio, después la televisión. Ahora, asistimos a la consolidación de un nuevo soporte para la información, que será la materia prima más valiosa del siglo XXI.

La generación de nuevas redes sociales de contenidos e interacciones (facebook, twitter, fotolog, entre otros) ya no es exclusividad de aquellos profesionales de los clásicos formatos de comunicación, sino que ahora la generación de contenidos está más asociada a nuevas medios y audiencias, que tienen más relación con la demanda que con la oferta.

Es por ello que cada día existen más razones no periodísticas (de periodismo cívico, entre otras) para generar noticias. Esto ha configurado una nueva dinámica de interacción entre quienes ostentaban el control de gestión de información y quienes de manera silenciosa y espontánea evolucionaban de la “aguja hipodérmica” de Harold Laswell a la “recepción activa” de René Jean Ravault.

Las nuevas tecnologías han contribuido a hiper-identificar a las audiencias futuras personalizando el mensaje y haciéndolo cada vez más inmediato, lo que constituye todo un terreno ganado para la especialización de periodismo digital, pero no por méritos periodísticos sino tecnológicos.

Si tuviéramos que pensar Internet, como el nuevo medio de comunicación, desde la lógica del intelectual galo Dominique Wolton[2], tres serían los conceptos claves de retroalimentación: el internauta, el individuo y el ciudadano.

En todas estas categorías se entiende a la red como la principal revolución de nuestro tiempo y se enfoca desde ámbitos de acción distintos, matizándose en una mirada socializadora, libertaria y democrática, respectivamente, de este mass media.

Una nueva estructura de pauta

“Una rápida mirada de por sobre la información cotidiana que los periódicos muestran, permite observar que la mayoría de los problemas globales y a la vez vitales y cotidianos, no sólo se caracterizan por ser enormes (fuera de normas conocidas, sino, también, por sus escalas irreductibles. Pero la característica más importante de estos es que revela interconexión de distintas dimensiones de lo real y que, a su vez, se revelan en toda su complejidad”[3].

En la sociedad actual los fenómenos sociales están cada vez más interrelacionados. Pero en la traducción fenomenológica de los presentes hechos, los medios de comunicación, sean digitales o impresos, rayan en la fragmentación, en la reducción y en la disyunción de los acontecimientos.

En la articulación de la actual pauta noticiosa se desparraman los contenidos en medio de un mar de simplificaciones carentes de sentido e interrelación.

De acuerdo al filósofo Niklas Luhmann, una de las funciones claves del periodismo es “ofrecer una complejidad reducida”[4] que no equivale a eliminarla.

Así las cosas; tomando como referencia el aporte de la comunicóloga hispana Mar de Fontcuberta[5], autora de la tesis de “periodismo-sistema”, en el contexto de sociedad red es crucial construir una pauta de contenidos mucho más articulada, menos disgregada, capaz de interrelacionar los hechos y sus implicancias en un mismo generador de caracteres.

Hacia un nuevo modelo de negocios

En el pasado áreas como las finanzas, la información y las telecomunicaciones eran los parientes pobres de la economía. En el nuevo estadio del mercado y la aldea global la industria tradicional relacionada a los commodities o materias primas va a pasar a representar un papel secundario en el crecimiento y desarrollo de los países. Ocuparán un rol trascendental las categorías ocupacionales ligadas a los servicios o productos intangibles como la información y las telecomunicaciones, espacio donde habita el periodismo y las comunicaciones y que transforma una aparente amenaza en una tremenda oportunidad.

En este complejo espacio, habita -por añadidura- la doble crisis de los medios de comunicación en papel, que desde antes del cataclismo financiero han visto una fuerte caída en la inversión publicitaria y bruscos cambios en los hábitos de las audiencias.

La nueva cara del sistema de medios, como ya la analizamos en la cátedra de Fundamentos del Periodismo Digital, es la expresión de saber que los diarios en el corto plazo pasarán a mejor vida, trasladando su redacción, contenidos y crónica al “ciberleviatán”.

Según datos arrojados por la revista América Economía, durante los últimos períodos el tiraje de los diarios cae entre el 2% y 3% por el consumo de internet. Y este impacto parece ser mayor en radios y televisión.

Una encuesta de Deloitte realizada entre 9.000 personas en el mundo, de los cuales 1022 eran brasileños, descubrió que para el 81% de ellos el computador, como entretenimiento e información, era más relevante que la televisión análoga.

Por todo lo anterior, se reconoce que el público general, y en especial los jóvenes, se están alejando de los medios gráficos tradicionales, vinculándose con mucha más fuerza en el tipo ideal web 2.0.

Teniendo conciencia de que la publicidad ya no alcanza para financiar la industria de la información, las nuevas fases de gestación de contenidos y avisos deben considerar un “prosumidor” con atención múltiple. Por esto, son necesarios muchos más medios para divulgar los mensajes.

CONCLUSIÓN (footer)

Del trabajo de clases y de las lecturas holísticas recomendadas se puede inferir respecto al asunto en cuestión que:

Además del campo periodístico, surgen nuevos requerimientos para los periodistas, donde la administración y la gestión de servicios simbólicos, como los medios digitales, adquieren similar trascendencia a aquella consultoría que pudiera hacer un estudio jurídico.

Sin duda que un capítulo especial merecería la aproximación a la “Web 3.0 o semántica” del periodismo en red; en la que cualquier usuario en Internet podrá encontrar respuestas a sus preguntas de forma más rápida y sencilla gracias a una información mejor definida.

La sobrecarga de información y heterogeneidad de fuentes de información con el consiguiente problema de interoperabilidad es y será el principal punto de documentación significado del reportero electrónico. De esta manera, la infraestructura basada en metadatos (información sobre informaciones) aporta un camino para razonar en la nube, extendiendo así sus capacidades de expresión y significación.

Respecto del periodismo digital y de otros frentes, hay que entender que cuando hablamos de especialización, estamos “comunicando significantes” que pertenecen a un gran universo del conocimiento, definido en la disciplina como una gran constelación de variables complejas. Por tal motivo, la interdependencia de los hechos y el análisis de su causalidad hay que entenderlos no de manera aislada.

No hay que olvidar que estamos ante un nuevo medio, internet, y una vieja profesión que responde a los mismos imperativos categóricos y deontológicos: la verdad, la transparencia y la libertad de expresión y opinión.

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[1] Barbero, M. De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y

hegemonía, Gustavo Gilli, Barcelona, 1987.

[2] Wolton, D. Sobrevivir y Pensar.

[3] Presentación de la página web del Instituto Internacional para el pensamiento complejo. http://complejidad.org

[4] Luhmann, N. Complejidad y Modernidad. Trotta, Madrid, 1998.

[5] “La Realidad como mosaico”, Fontcuberta, Mar. Cuadernos de información, 2006.